viernes, 28 de junio de 2019

Protestas del color café




Me preparo un café. Me comeré unas Yipis. Pienso en Costa Rica, como lo hago todos los días. Una sociedad desigual, racista, clasista, conservadora y violenta.
Pienso en sus mitos, diálogo, paz, país de descendientes europeos, un país diferente a Centroamérica....mitos que  se despedazan.
Hay gente en las calles, protestan.
Miro fotos, leo posts. Indígenas , estudiantes de secundaria pública,  pescadores, traileros, gente de color de la tierra, el color de la pobreza. Están en las calles, protestando. La gente,valiente.
Escucho a Carlos Alvarado, el presidente, miro sus gestos.Reflexiono sobre el clasismo y arrogancia blanqueada de la clase política criolla corrupta, la de siempre, la de antes, la proge neoliberal y la evangélica.
Cámaras empresariales criollas, esas nunca  pierden.
Los Derechos humanos fragmentados. Reducidos a los colores. De los derechos sociales y laborales, de esos ni se hablan. No hay pedagogía política.
Pienso en las izquierdas aburridas con poca imaginación y elitistas.
Me pregunto por las feministas y gente LGTBI, tan fan de la Embajadora de Costa Rica en España, ella una representante de lo elegante, corrupto y rancio. ¿Dónde quedó la transgresión?
La universidad pública, tan en la cápsula de un escritorio. Tan proge neoliberal. Tan correcta.
Líderes sindicales machunos.
Pastores evangélicos que se frotan las manos.
Proyecto imperial, fascista, antifeminista, racista, que avanza. Cuerpos, vidas, territorios...
Recuerdo la lucha contra la privatización de la electricidad y telecomunicaciones, la lucha contra el Combo ICE, la lucha contra el Tratado Libre Comercio con Estados Unidos, contra Riteve, contra la corrupción  y tantas otras.

Me duele, como desde el día en que la dejé.
Pienso en mi auto exilio. Libertad, maravillosa.

Derechos humanos para toda la gente. Feminismos para todas.
Que la creatividad nos abrace.
Buen café para todo el mundo.

Ana Marcela Montanaro.
28 de Julio y verano 2019.
Maasland, Países Bajos.

lunes, 27 de mayo de 2019

Más allá de ayer que fue 26M



Vaya panorama, la derecha, Partido Popular, Ciudadanos y  Vox, gobernará  tanto en el Ayuntamiento como en la Comunidad de Madrid.

Lo electoral es una partida, hemos perdido; en colectivo y en plural. Lo electoral es parte de la lucha. La lucha no se agota en lo institucional. Tampoco en lo inmediato. Las luchas nunca acaban.

Hay que mirarse, pero no fustigarse, hay responsabilidades gordas,  que cada quien las asuma en su proporción, sin culpa, porque aquí no caben las culpas, pero sí cada quien aceptar lo que le incumbe.

Nos corresponde re pensar y re imaginar a Podemos un proyecto que por muchas razones ha ido perdiendo.

Me siento triste y confrontada, pero también estoy convencida que la lucha es luchando. Organizar la digna rabia .

Enfrentamos tiempos muy duros, el avance de un proyecto imperial feminicida, racista y depredador de cuerpos, vidas y territorios, que parece imparable. Las calles son amplias y generosas. Ahí nos tendrán. Sin miedo.

La resistencia y la entereza, la fuerza ancestral nos acompañan. Las voces de abuelas y abuelos.

Hay mucho por lo que seguir poniendo el cuerpo y la ternura.

Las luchas colectivas, feministas y ecologistas.  Desde las voces y cuerpos migrantes, racializados y empobrecidos de quienes somos las subalternas de las subalternas, hoy tenemos mucho que decir y aportar.

Mi sonrisa intacta, que sonreír y seguir luchando es ya de por si un acto rebelde.

Siempre merece la pena. Seguirá mereciendo la pena. Seguimos.


Madrid, 27 de mayo en primavera.

Ana Marcela Montanaro Mena.